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control social desde la cocina
(En su versión en inglés, este trabajo fue presentado en la 23rd. Annual Conference On Film and Literature. Race and Film in Literatures enero 29-31, 1998. Florida State University. Tallahassee, Florida. USA).
IDEAS PREVIAS
En este trabajo estaremos discutiendo el uso de la comida como herramienta para el control social, tal como se presenta en la novela de Laura Esquivel, Como agua para chocolate. Estaremos refiriéndonos tanto a la película como a la novela, tratándolas como si fueran una misma unidad debido a que entre ambas existe una gran concordancia, posiblemente porque la escritora del guión cinematográfico es la misma autora del libro. Cuando vemos la película por primera vez, antes de haber leído el libro, nos impresiona la magia del color y la fantasía de las imágenes. Más tarde, al leer el libro, estas imágenes encajan perfectamente, repitiendo la historia casi verbatim, sin dejar espacio para que nuestra imaginación ponga color y formas a la historia que leemos. Esto no es lo que ocurre generalmente; es muy común que la película no llene las expectativas de lo que hemos imaginado al leer el libro o de lo que el escritor o la escritora intentara describir. Algunas veces la película puede derivar en una creación totalmente independiente y convertirse en una entidad en si misma lo que es explicable ya que ambos lenguajes, el verbal y el visual no comparten necesariamente el mismo equipo de símbolos; podrían, pero no tienen necesariamente que ser inteligibles a ambas audiencias, lectores o espectadores. Esta falta de concordancia se hace especialmente evidente cuando se intenta traducir o simplificar obras maestras de la literatura para hacerlas accesibles a un público que de otra manera no se habría interesado en leer el libro, o para el caso, ningún libro. No es ésta la situación de esta obra en particular ya que ésta tiene todos los ingredientes para pertenecer a una categoría subordinada de libros y revistas orientadas a una categoría subordinada de lectoras. Desde la primera página, la autora nos anuncia un libro de cocina adobado con historias de amor y recetas domésticas tradicionales para lo que venga, presentado en entregas mensuales como si fueran capítulos de una novela rosa sacados de las páginas de una revista para mujeres. La película, tan estrictamente fiel al libro al extremo que sus voces repiten exactamente los parlamentos del libro, da vida mágica y convierte en fantásticas imágenes la exagerada retórica de un libro que Kristine Ibsen ha identificado acertadamente como una parodia de la llamada literatura para mujeres en un ejercicio de apropiación paródica de los recursos del realismo mágico. Ibsen explica que: "Esquivel has never replicated the male canon nor popular womans literature. In fact, underlying the appearance of conventionalism may be detected a playfully parodic appropriation that serves not only to undermine the canon, but, more importantly, to redirect its focus to an aesthetic project in which such binary oppositions as high art and popular literature are overturned."(1995,134 ). En forma humorística, Esquivel recupera un discurso relegado a formas inferiores clasificadas como sub, infra, o para literatura y lo traslada de la cocina a los anaqueles de las bibliotecas académicas y a las revistas especializadas. La película por su parte, está estructurada como una telenovela, con un uso extensivo de melodramáticos acercamientos en primer plano y organizada como una secuencia de episodios delimitados visualmente, utilizando una técnica asociada con la telenovela, la contraparte televisiva de la novela seriada o de la fotonovela. Gastón Lillo, en un ensayo sobre la rehabilitación y el reciclado del melodrama por parte de los directores posmodernos, explora la relación entre esta película y la tradición del melodrama en México. El destaca dos ingredientes que son requisitos necesarios para estas películas. El primero es la representación de la revolución mexicana como el gran relato fundador de identidad (Lillo 1994, 69) y el segundo, el refuerzo de las diferencias tradicionales entre la esfera pública masculina y el mundo de lo doméstico, restringido a la mujer. De acuerdo a este crítico, esta película utiliza el mismo lenguaje patriarcal tradicional pero revirtiendo los estereotipos, como en el personaje de Gertrudis, la Generala. Sin embargo, Lillo considera que Esquivel no ha sido capaz de definir las decisiones de Gertrudis como consecuencia de un compromiso ideológico racional. Este autor encuentra curioso que un guión escrito por una mujer refuerce el estereotipo masculino según el cual la psiquis femenina es gobernada por el instinto mientras que la del hombre funcione por un principio de racionalidad. Lillo escribe: "el filme parece estar proponiendo que el compromiso de las mujeres en la lucha política es emotivo, hormonal, fruto de fuerzas instintivas incontrolables, y no producto de la Razón." (70). La revolución de Gertrudis es a través de la prostitución, el capitán revolucionario no es capaz de aplacar su deseo, por lo que tiene que recurrir a muchos hombres para lograrlo. Su participación en la esfera de lo público, en el mundo de los hombres, no es un reto al orden patrarcal, simplemente ocurre. En su opinión este filme no cuestiona la división tradicional de lo público y lo privado; la esfera tradicional de la mujer es la cocina, ahí es donde su savoir faire se convierte en su arma. Así como Gertrudis obtiene control a través del prostíbulo, la manipulación de los alimentos da poder a Tita sobre aquellos que saben disfrutar de los placeres de los Dioses y también sobre los que no lo saben. Lillo critica además la presentación superficial e idealizada que se hace en el film, de las relaciones raciales, interculturales e internacionales. Volveremos a estos aspectos apenas comencemos nuestra propia lectura del libro. Una de las críticas más prejuiciadas que hemos encontrado, es la que hace Antonio Marquet, quien después de afirmar que el lector debe asumir que la escritora es una niña, clasifica a la novela como un ejemplo de mala literatura .(¿ Pensará él realmente que toda persona que tenga una tía abuela es un niño o una niña?) "Si se juzgara desde un punto de vista literario, los defectos de la novela son muy evidentes (en realidad reune todos los elementos típicos de la literatura popular): es simplista, maniquea; en ella hay además una lógica que pretende ser infantil, está plagada de convencionalismos banales, despojada de una intención estilística definida y no tiene otra aspiración que ser novedosa (1991,58)
EL ESCENARIO
La acción ocurre entre dos ciudades limítrofes, Piedras Negras (Coahuila, México) and Eagle Pass (Texas, EE.UU.) que se encuentran separadas sólo por un puente. La revolución es la excusa para que esta familia mexicana de clase alta y angloparlante cruce la frontera e inclusive prefiera viajar a San Antonio, Texas, para hacer compras y negocios en vez de internarse en su propio país. Desde un punto de vista social, cultural y geográfico, cruzar el límite en un pueblo fronterizo, no convierte estos límites en una frontera abierta como critica Lillo (73). La gente que vive en poblados aislados no percibe ni usa la frontera de la misma manera que lo hacen la patrulla fronteriza o las autoridades de inmigración. En el período específico en que ocurre esta novela, los ejércitos revolucionario y contrarrevolucionario cruzan el puente cada vez que lo necesitan ya sea para luchar o para escapar del enemigo. Las familias mexicanas ricas del lado mexicano, más orientadas hacia lo anglo que hacia lo hispano, se mueven libremente entre ambos países, en la medida que su dinero o sus negocios lo requieran, especialmente cuando, como se ha dicho, la revolución hace peligroso viajar a Ciudad de México. El otro parámetro geográfico de esta historia se ubica a 85 millas al suroeste de Piedras Negras y es el pueblo de Melchor Muzquiz, (Coahuila). No se explica en el libro si el pueblo fue nombrado en honor a un antepasado de Pedro, o si su familia era la propietaria y gobernante del lugar. Sin embargo pudiera ser significativo que Don Pascual Muzquiz sea el único personaje, aparte del fallecido padre de Tita, cuyo nombre es antecedido por el Don. Fue exactamente durante la primera visita de esta familia, para la fiesta de Navidad, cuando el destino de Tita se tornó especialmente cruel. El joven Pedro Muzquiz la miró, quemándole la piel con la mirada. Acostumbrada a las metáforas de la cocina ella expresó sus sentimientos como aquellos de un buñuelo al entrar en contacto con el aceite hirviendo (17). Es entonces cuando ella comienza a luchar contra su destino. Tenía entonces 15 años. Por ser la hija menor de una familia terrateniente, manejada con puño de hierro por una matriarca viuda, se espera que Tita se quede solterona para hacerse cargo del cuidado de la vejez de su madre. Ella se rebela contra la imposición de esta tradición, pero esa será una batalla que nunca ganará, ni siquiera después de la muerte de su madre. Esta novela estereotipa la estructura social de la frontera, donde las relaciones culturales entre ladinos, indios y anglos aparecen organizadas dentro de una relación aceptada de patrón-sirviente que debe actuarse en total obediencia y dependencia del grupo dominante, representado por la figura de Mamá Elena, la jefe de familia desde que su esposo falleciera de un ataque al corazón cuando la protagonista tenía sólo dos días de vida. El hecho de que sea una mujer quien impone en forma férrea la ley y el orden no es una distorsión del orden patriarcal como algunas personas han sugerido, como tampoco hay en esta novela una idealización de las relaciones raciales o de clases por el hecho de que exista de amistad entre las sirvientas y sus jóvenes patronas. Lo que algunos críticos han percibido como una falta de conexión entre la novela y la estructura social real (Lillo 1994 y Safari Arnaud 1994) es en realidad una descripción precisa del hogar patriarcal dentro de la estructura social paternalista de Hispanoamérica. Las hijas de los patrones, oprimidas y subordinadas encuentran aliadas y maestras entre las sirvientas oprimidas y subordinadas. Esta, alianza dura hasta que con el pasar del tiempo ellas mismas se convierten en opresoras, como lo ejemplifica el comportamiento de Gertrudis hacia su guardaespaldas el Sargento Treviño. (El apellido de este hombre nos sugiere que tal vez sea su medio hermano, pero la autora no aclara este punto en ningún momento). SOBRE LOS NOMBRES, GÉNERO, STATUS Y RAZA DE LOS PERSONAJES DE ESTE LIBRO La novela se extiende sobre un período de tiempo de treinta y nueve años a partir del nacimiento del personaje principal, la tía abuela de la escritora. Durante la mayor parte del libro la conocemos sólo por su apodo, Tita, hasta que en el Capítulo VIII descubrimos que también tiene un nombre, aunque curiosamente este nombre no es sino un diminutivo, Josefita. Llama la atención que en el libro hay únicamente otros dos personajes que tampoco tienen nombre completo sino diminutivos o sobrenombres. Ambos son mujeres y subordinadas. Una es Nacha, la cocinera otomí quien es la maestra y la nana de Tita; la otra es Chencha la joven sirvienta indígena. No proveer un nombre completo para definir la identidad de estos personajes sirve como refuerzo para establecer su status inferior dentro de la estructura doméstica. Ambas mujeres tienen un rol importante en la novela ya que ellas son parte integral del reino sagrado de la cocina donde sufren directamente la tiranía de Mamá Elena. En el libro debemos esperar hasta la muerte de Mamá Elena en el Capítulo VII para conocer la causa de la muerte de Don Juan de la Garza. En la película esto es explicado casi al comienzo: él sufre un ataque al corazón cuando, celebrando con los amigos el nacimiento de su hija menor, alguien le informa que Gertrudis no es su hija sino la consecuencia una relación ilícita entre su mujer y un hombre por cuyas venas corría sangre negra. Como era de esperar, los amoríos entre la niña rica y el mulato habían sido terminantemente prohibidos por los padres de ésta quienes arreglaron su matrimonio con Don Juan. Pero el matrimonio no fue barrera suficiente para separar a los amantes ni para reducir su relación a un amor por correspondencia. Cuando ella quedó embarazada e intentaron escapar juntos, ocurrió como debe suceder en toda buena telenovela, que el joven fue asesinado en una emboscada. ... "aún estando casada siguiera manteniendo correspondencia secreta con José, y tal parecía que no se habían conformado solamente con este tipo de comunicación, pues según estas cartas, Gertrudis era hija de José y no de su padre" "Mamá Elena había intentado huir con José cuando se enteró del embarazo" pero la noche de la huída lo mataron en una emboscada. "Después de grandes sufrimientos, mamá Elena se resignó a vivir al lado de su legítimo marido" (101). Es interesante notar que el mulato y su padre aparecen identificados como José Treviño, ambos tienen nombre y apellido, pero la madre del joven José es mencionada solamente como "una guapa negra" proveniente de una colonia de negros escapados de la guerra civil en los EE.UU. Más adelante en la historia, el hijo de Gertrudis es denominado como "un mulato escultural", sin nombre. A modo de información, el nacimiento de este niño mulato provoca la ira del marido de Gertrudis, por lo que Tita se ve en la necesidad de revelar el secreto de la madre de ambas para probar la honestidad de su hermana. El estereotipo de la inexistencia del negro como parte del esquema racial del mexicano, el miedo a la contaminación racial y el temor a que el niño requintara están presentes en la historia de amor de mamá Elena, su "negro pasado" y el innato sentido del ritmo y la habilidad de Gertrudis para bailar, explicable sólo por sus antepasados negros. -Yo no sé de donde sacó ese ritmo Gertrudis. A mamá no le gustaba bailar y dicen que papá lo hacía muy mal (Rosaura a Tita, Cap. IX, 129) Otra referencia despectiva hacia un grupo étnico es con relación a un personaje periférico, el contrabandista chino, "el chinito listo", que hace posible la adquisición de la seda francesa donde se bordaría el hoyo nupcial, requisito necesario para la consumación de un matrimonio decente. El uso del diminutivo en una relación étnica o social asimétrica como en el caso de negrito o indito sirve principalmente para reforzar el estereotipo de que los negros, indios o asiáticos son seres inferiores o infantiles que necesitan de la protección de los adultos e inclusive de los niños del grupo privilegiado, en este caso específico de los Ladinos. Otro ejemplo interesante del uso selectivo de los nombres en esta sociedad es el caso de los dos trabajadores indios del rancho, Rosalío y Nicolás, que aparecen mencionados sólo por su nombre, mientras que el marido de Chencha, quien no trabaja para la familia, aparece con nombre y apellido. -"Jesús Martínez, para servirle a usted" ( Cap.VIII, 109) Luz del Amanecer, el espíritu de la india Kikapu que habita la cocina-laboratorio del Dr Brown, brilla con su propia luz. Ella no sólo tiene nombre completo sino que también tiene una historia propia. Cuando joven fue raptada por el abuelo del Dr. Brown que se casó con ella contra la voluntad de su familia que la llamaba despectivamente "la Kikapu" pero que terminaron aceptándola como curandera milagrosa luego que hubo curado a Peter Brown, el bisabuelo de John. El bien documentado choque entre las prácticas medicinales tradicionales y las de los Anglos (Madsen 1964, Rubel 1966) se presenta en la pugna entre el método "civilizado pero ineficiente" de usar sanguijuelas para curar la bronquitis, versus el método "inadecuado pero efectivo" de las yerbas, cataplasmas y canciones de la Kikapu.
LA COCINA
El estereotipo establece que el dominio más importante de una mujer decente es su cocina. Esquivel parte de esta premisa para exagerar las habilidades de su personaje principal para controlar el mundo desde su libro de recetas. El territorio de Tita es su cocina. Aún estando en el vientre materno su relación con la cocina era tal que sus propios e incontrolables sollozos, causados por la cebolla que estaban picando las mujeres, se convirtieron en un incontrolable torrente que la arrastró a la vida. La cocina fue el espacio donde las enseñanzas de Nacha, la amistad de Chencha y más tarde la sabiduría de Luz del Amanecer la nutrieron desde la niñez hasta su adolescencia. El Capítulo Uno es la entrega correspondiente a Enero. A medida que explica el procedimiento para preparar unos condimentados bizcochos de Navidad para celebrar el decimosexto cumpleaños de Tita, que será en Septiembre, la narradora va estableciendo la relación que existe entre el personaje, su destino y la cocina. El amor que Tita siente por la cocina es inconmensurable, inmenso, ilimitado. Infinito es el amor que Pedro siente por Tita, como también fue inmensa la frialdad que la penetró a través del hoyo negro horadado en el medio de su pecho, la noche en que se anunció el matrimonio de Pedro con su hermana mayor. Infinita es también la colcha que ella había empezado a tejer el día que Pedro le hablara de matrimonio. Desde la cocina, su fortaleza, ella lucha contra su destino. Cuando Pedro acepta casarse con Rosaura para poder permanecer cerca de la mujer que ama, Mamá Elena encarga a Nacha y a Tita la tarea de preparar el banquete de bodas. En el Segundo Capítulo, esta fiesta termina en una intoxicación colectiva sin causa aparente ya que el único ingrediente extraño parecen ser las lágrimas que Tita ha derramado sobre el fondant. A consecuencia de este episodio pasarán largos meses antes de la consumación de la boda cuando Pedro haga lo que tiene que hacer para cumplir su deber como semental(45) a través del hoyo bordado en la sábana hecha con la blanca seda francesa comprada al contrabandista chino. Nacha muere la misma noche del banquete nupcial. LA noche antes ella había probado el fondant, el poquito suficiente para alcanzar un estado nostálgico que la llevó a recordar los tiempos cuando ella también había estado enamorada y Mamá Elena le había ahuyentado el pretendiente. En la entrega de Marzo Tita recibe un ramo de rosas como regalo de Pedro para celebrar su primer año como cocinera oficial del rancho, luego del fallecimiento de Nacha. Esto desata la furia de Mamá Elena quien le ordena tirar las flores a la basura. Tita no le obedece y guiada por las palabras de Nacha en sus oídos prepara una receta pre hispánica con codornices y pétalos de rosa mezclados con gotas de su propia sangre. El resultado es un afrodisíaco por medio del cual los sensuales y aromáticos mensajes que Tita envía a Pedro se sintetizan en Gertrudis.
"Later Gertrudis enjoys her own baptism of fire. This element, which not only symbolizes passion but also serves to cook food, connects the erotic and culinary in Como agua. The codornices in pétalos de rosas that Tita prepares with the roses given her by Pedro (the rose being an all-too-familiar symbol) prove to be a powerful aphrodisiac. The desire they produce in Gertrudis is so incendiary that it sets the bathhouse on fire, and it is only after months in a brothel that she succeeds in quenching the flames that have been raging within her" (43) Pedro y Tita permanecen inmóviles mirando la encendida cabalgata de los amantes. El maldito Manual de Carreño dictador de arcaicas normas de comportamiento definidas por hombres, los gritos de Mamá Elena desde la casa y el débil temperamento de Pedro conspiran otra vez contra la consumación de su amor. Pedro no es el único hombre en esta novela que no reúne los requisitos de la definición machista del hombre mexicano. Los personajes masculinos de esta obra o tienen una voz pasiva o simplemente están en silencio total. Sólo podrían ser activados por la mujer pero aún entonces, pudieran no ser capaces de satisfacer el deseo de ésta como le ocurre al varonil Juan Alejándrez, el salvaje jinete de Gertrudis, o no poder sobrevivir a las explosiones del amor como le sucede al frágil Pedro Muzquiz. Ni siquiera John Brown, el médico estadounidense, el curandero indígena, el fabricante de fósforos, el hombre que ha heredado la sabiduría ancestral de su abuela kikapu, ni siquiera él tiene los ingredientes internos necesarios para encender los cerillos y hacer estallar los fuegos artificiales del amor. Por el contrario, el control de Tita alcanza inclusive a su propio cuerpo al extremo que cuando la nodriza de Roberto es asesinada por los soldados, los pechos de Tita producen leche porque ella no puede resistir ver a una persona hambrienta sin hacer algo para alimentarla. Pedro y Tita comparten el secreto del origen del alimento del hijo de éste a la vez que Pedro aprovecha la oportunidad de mirarle los senos a la nodriza. Como es de esperar, el ingrediente de la comida del mes Mayo es el amor, mucho amor. Todos los comensales están felices, eufóricos, con excepción de Mamá Elena que decide alejar a Pedro y a su familia, mandándolos a San Antonio, Texas. Antes de separarse Tita y Pedro tienen la oportunidad de besarse y tocarse brevemente antes de que Mamá Elena interrumpa el abrazo. Tita recuerda ese momento mientras mezcla los ingredientes para la próxima receta. En esta ocasión Chencha y Mamá Elena tienen que terminar de rellenar los chorizos porque al enterarse de la noticia de que su sobrino ha muerto, Tita se rebela contra su madre y trepa en en el palomar donde se esconde hasta que el Dr. Brown la viene a buscar. Mamá Elena no puede comprender por qué los embutidos se pudren en menos de una semana. La entrega de Junio se desarrolla al otro lado de la frontera. En vez de llevar a Tita al manicomio según las instrucciones de Mamá Elena el Dr. Brown se la ha llevado a su propia casa. Ahí él le enseña a hacer fósforos y le explica la teoría de su abuela respecto a nuestros propios fósforos internos, la necesidad de encenderlos uno a uno con la ayuda de la persona amada y el peligro de prenderlos todos a la vez. En el capítulo siguiente aprendemos sobre las propiedades curativas de los caldos. Ahora Chencha es la cocinera y sus sopitas devuelven a Tita la salud, los buenos recuerdos y por supuesto, las lágrimas. Chencha también la pone al día sobre las cosas en el rancho y le trae noticias de Gertrudis. Una vez repuesta Tita comienza a disfrutar el cariñó sereno de John Brown. Pero la calma no dura mucho ya que Chencha y Mamá Elena son violadas por unos asaltantes y Tita tiene que regresar al rancho para atender a su madre. Está demás decir que Mamá Elena no acepta ni la ayuda ni los calditos y muere a consecuencia de sobredosis de los purgantes que toma para evitar ser envenenada por Tita. Es entonces cuando Tita descubre las cartas que cuentan la historia de amor de su madre y el padre de Gertrudis. Las lágrimas y la cebolla vuelven a ser las protagonistas en el Capítulo VIII. Esa noche John pedirá formalmente la mano de Tita. Esta está furiosa porque Rosaura ha hecho saber claramente que el destino de su hija Esperanza será mantener la tradición familiar y deberá quedarse soltera para cuidarla en su vejez. Para completar, Pedro está rabioso de celos y ha transmitdo su mal humor a Tita quien está literalmente como agua para chocolate. Todo está saliendo mal hasta que llega Chencha, de regreso con su flamante marido y salva la cena haciéndose cargo de los preparativos. La comida sabe bien pero nunca como sabe cuando Tita está feliz. Esa misma noche, apenas John se retira, Pedro se encarga de que Tita pierda la virginidad. Cuando Rosaura y Chencha ven los fuegos artificiales producidos por los amantes, piensan erróneamente que son causados por el fantasma de Mamá Elena. Tita ha estado lejos del a cocina desde el Capítulo VI, habiendo tomado control parcial sólo unos días antes de la muerte de su madre. Ahora estará preparando pasteles y conservas para recordar a su hermana Gertrudis el aroma y el sabor de los viejos tiempos. Ahora Gertrudis es La Generala y ha venido de visita con sus soldados, su marido y el Sargento Treviño, su guardaespaldas. Rosaura que además de sobrepeso sufre de flato y mal aliento ha separado su dormitorio para evitarle a Pedro sus malos olores. Cuando llega a la cocina pidiendo ayuda Tita le da una receta de hierbas. Nuestra protagonista puede ayudar a su hermana pero no puede ayudarse a sí misma ahora que cree que está embarazada y el fantasma de su madre le ha maldecido ese hijo.
EL FANTASMA
Pedro ha escuchado hablar a las hermanas y se entera así del embarazo. Luego de emborracharse con los soldados llega con una serenata. Es entonces que Tita confronta al fantasma, y le grita diciéndole cuanto la odia. Este acto de rebeldía hace desaparecer a la vez al fantasma y a su falso embarazo. Pero el fantasma regresa convertido en buscapiés que queman a Pedro. Tita utiliza todos los conocimientos que ha adquirido de Nacha y Luz del Amanecer para curarlo mientras Rosaura se encierra en su dormitorio entre sus malos olores y su mal humor. Llega el momento en que Gertrudis tiene que marcharse con sus soldados, su marido, su ayudante y los recuerdos de su infancia encerrados dentro del envase de conservas. Tan pronto ellos se van regresa John pero al besar a Tita comprende que las cosas han cambiado. Aunque después de comida ella le confiesa la pérdida de su virginidad él mantiene su palabra de matrimonio y le da tiempo para reconsiderar su promesa de un futuro feliz. Ahora los preparativos son para la cena de bienvenida de la Tía Marya a quien le gustan mucho los frijoles y el sorbete de jazmín.
ÚLTIMO CAPÍTULO
Como debe ser en todo buen melodrama o telenovela, la historia debe terminar con un funeral y una boda. El funeral sucede un año antes de la boda y 22 años después de la primera intoxicación colectiva de la novela. Rosaura ha muerto entre largos y ofensivos ruidos y a causa de los malos olores muy pocas personas asistieron a su entierro. El banquete de bodas de Alex y Esperanza consta de veinte platos preparados para un grupo selecto de invitados. Las consecuencias de esta cena son totalmente opuestas a las de la primera boda del libro. Tal como ocurriera la noche de las codornices, Gertrudis es la primera en sentir los síntomas y su partida da la señal para que todo el mundo abandone la fiesta. Toda la gente tiene prisa por encontrar un lugar oculto para hacer el amor. En cosa de segundos Tita y Pedro se encuentran solos y libres por primera vez en su vida. John ha entendido el mensaje, y abandona el lugar sabiendo que ha perdido. El cuarto oscuro, escenario de tantos encuentros prohibidos, está iluminado por 250 candelabros que ha encendido el espíritu protector de Nacha. Por primera vez los protagonistas son libres de amarse sin restricciones pero Pedro no lo resiste y muere en el clímax. Tita, con miedo de sentir frío nuevamente se arropa en su colcha de una hectárea de largo, busca la caja de fósforos que le diera John, los mastica uno a uno y va encendiendolos con sus recuerdos . Los fuegos artificiales causados por el estallido de su fuego interior producen un incendio que dura una semana. Debajo de las cenizas, Esperanza encuentra el libro de cocina y la historia de amor de su tía.
CONCLUSIÓN
El libro de Laura Esquivel ha producido fuertes y variados comentarios de parte de la crítica. Algunos de éstos han sido bastante prejuiciados al extremo de opinar que no merece ni siquiera ser llamado literatura, al menos que lo denomináramos mala literatura. Para otras personas la autora ha hecho un excelente trabajo al combinar elementos degradados por las elites literarias para denunciar en forma de parodia, la persistencia de tradiciones arcaicas dirigidas a controlar el destino de las mujeres que viven dentro de una estructura social organizada alrededor de un sistema de valores patriarcales, racistas, clasistas y sexistas. Luego de haber logrado leer sin saltarnos los hiperbólicos y exagerados párrafos de esta novela rosa, debemos estar de acuerdo en que Esquivel ha logrado describir la realidad de una sociedad tradicional que, nos guste o no, está totalmente vigente.
BIBLIOGRAFÍA
Lillo Gastón / Monique Sarfat-Arnaud.1994 Como agua para chocolate: determinaciones de Ia lectura en el contexto posmoderno. Revista Canadiense de Estudio Hispánicos 18.3: 479-490.
Marquet, Antonio.1991 ¿Cómo escribir un best-seller? La receta de Laura Esquivel. Plural 237: 58-67. Oropesa, Salvador. 1992 Como agua para chocolate de Laura Esquivel como lectura del manual de urbanidad y. buenas costumbres de Manuel Antonio Carreño. Monographic Review- Revista Monográfica VIII: 252-259.
APÉNDICE
Tabla resumen de los nombres propios en Como Agua para Chocolate
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