Sonia Ruiz Pérez, Ph.D.
Cada día, cada hora, cada minuto, nacen muchos niños en el mundo. Cada nacimiento es un suceso demográfico significativo para la sociedad; contribuye a la supervivencia de la especie, al mantenimiento de la población, pre-requisito biológico necesario para la existencia de la sociedad humana. Así ha ocurrido año tras año, desde que se estableció la especie Homo sapiens alrededor de treinta mil años atrás, al final del Paleolítico.
Sin embargo para la supervivencia de la sociedad, es necesario integrar a este nuevo individuo al grupo social, socializarlo, desarrollarlo como humano y como parte integral del grupo. Para esto contamos con el componente que diferencia la sociedad humana de las sociedades animales, la cultura, el sistema de símbolos compartidos por los miembros de una sociedad.
La cultura permite comunicarse, es decir transmitir y recibir información sobre el ambiente natural y social actual, pasado y presente de la propia sociedad y de las otras. Es así como todas las sociedades del mundo enseñan a sus miembros a diferenciar "nosotros" de "los otros" desarrollando así lo que llamaremos identidad cultural, herramienta conceptual que ha hecho posible la supervivencia cultural de muchas sociedades aún en situaciones extremas de presión social, política, económica o ambiental. La cultura provee además información para modificar el ambiente natural y social y para desarrollar estrategias de adaptación que no sólo proveen alternativas inmediatas sino que también permiten planificar hacia el futuro. Estas estrategias son, como todo producto cultural, susceptibles a cambio e innovación de acuerdo a las necesidades del grupo o a presiones externas. La cultura hace posible que la sociedad humana genere las reglas de organización social que la diferencian de las sociedades animales cuya organización está programada exclusivamente por determinantes genéticos.
Si equiparamos la sociedad con un gran escenario en el cual las personas debemos actuar papeles o roles de acuerdo a definiciones preestablecidas por la propia sociedad, podremos visualizar la sociedad como un sistema que consiste de elementos inter relacionados, cooperando entre si para dar acción a un todo que se mueva y funcione, al menos en teoría, en forma integrada y equilibrada. Así, cada persona que actúa en este escenario se enfrenta a ciertas demandas propias de la definición del personaje. Esta definición es lo que los sociólogos llaman status. Los status son los esquemas que guían el comportamiento de los individuos, de manera que respondan a las expectativas, a las definiciones que la sociedad pre-establece.
Cuando nace un niño, por el hecho de ser niño o niña, por haber nacido en una fecha determinada, y por haber nacido dentro de una familia específica, ya tiene consigo la determinante de definiciones básicas, que conoceremos como status adscritos. En nuestra sociedad éstos son sexo, edad, y relaciones de parentesco. Este último status, la relación con su familia, determina también su filiación racial, definición fundamental en algunas sociedades para establecer las expectativas de la sociedad hacia este individuo y las posibilidades que éste pueda tener dentro de su sociedad. También determina su posición social dentro de la escala de jerarquías o sistema de estratificación social y como en el caso anterior, sus posibilidades, deberes y derechos.2 Como todo hecho social estos status adscritos varían de cultura en cultura y dentro de cada cultura son redefinidos a través del tiempo, pero consistentemente determinan deberes y derechos a la vez que exigencias para su actuación, para la actuación del rol o papel. Apenas este recién nacido es sacado de la sala de partos la sociedad comenzará a imponer sus expectativas. El color de su sabanita y el diseño de su pañal desechable identificarán su sexo e influenciarán los comportamientos de los adultos que vengan a visitarlo. Comienza el proceso de socialización, el proceso de incorporación de este organismo nuevo a la sociedad humana.
Como todos los humanos antes que él, este niño que acaba de nacer necesita del grupo social para ir aprendiendo a vivir dentro de la sociedad humana y de acuerdo a las reglas y expectativas que cada sociedad establece, siguiendo las guías propuestas por su cultura particular. Algunas especies animales necesitan también del apoyo de su grupo para poder crecer e independizarse. Sin embargo los seres humanos necesitarán continuar aprendiendo durante toda su vida para poder ajustarse a las demandas de cada nueva etapa en su ciclo vital. A medida que el niño va creciendo y aprendiendo nuevas reglas de comportamiento, nuevas limitaciones y nuevas exigencias, va introyectando los no se hace, no se puede, no se debe, que la cultura le impone. Según las teorías psicodinámicas su super ego, el aspecto social de su ego, de su yo irá tomando forma a medida que la sociedad va restringiendo su comportamiento para dar forma a un individuo adecuadamente adaptado a la sociedad.
En este proceso irá adquiriendo nuevos status que proveerán nuevas definiciones y exigencias. Así, este niño se convertirá en compañero de juegos, alumno, compañero de clases, cobito, niña escucha etc. Estas posiciones son las que llamamos status adquiridos las que, aunque de diferente origen que las adscritas, están íntimamente relacionadas. Hay que llegar a la posición adscrita de mujer adulta, para poder adquirir la condición de madre; el status adquirido de ciudadano (en la capacidad de ejercicio de la ciudadanía o derecho a voto) requiere de la condición adscrita de mayoría de edad legal. En el primer ejemplo estamos refiriéndonos a un status determinado por una condición biológica, el sexo, pero también encontraremos status determinados por el género, la definición cultural de lo que se espera como comportamiento aceptable para cada sexo. Así encontramos que cada cultura restringe el acceso a algunas posiciones como sacerdote, médico brujo o capitán de barco.3 Tradicionalmente encontramos oficios que estaban delimitados de esta manera como secretaria, bombero o policía. A medida que la sociedad se va transformando estas descripciones también van cambiando.
Lo que podría parecer un esquema rígido, deja de serlo cuando incorporamos el elemento individual que cada cual aporta cuando se hace cargo del papel. Lo mismo que en la obra de teatro en que el autor establece los parámetros que definen al personaje, es decir las expectativas, pero donde cada actor le imprime su característica personal, la actuación en sí, así en la sociedad habrá tantas alternativas de actuación como individuos que asuman el rol. Piense por ejemplo en el status padre de familia y escriba en su libreta una definición que incorpore las expectativas de nuestra cultura con relación a dicha posición. Cuando busque en su experiencia ejemplos de la actuación de los padres que usted conoce, seguramente se va a encontrar con muchas alternativas en la actuación del rol como por ejemplo padre distante, compañero de juegos, castigador, responsable, irresponsable etc.
En este ejemplo estamos hablando del rol o papel desde el punto de vista del individuo que lo actúa. También podemos comparar nuestra definición con las definiciones que darían otras culturas, o la misma nuestra en lugares o momentos históricos diferentes. Nos daremos cuenta como, inclusive desde una perspectiva social, encontramos que estas definiciones son totalmente dinámicas, aún cuando Linton haya definido al rol como el aspecto dinámico del status (1936), implicando con esto la característica estática de éste. En realidad el concepto de dinámico o estático en la sociedad es más bien metafórico ya que sólo se refiere a un ritmo de cambio más o menos lento dentro de una estructura que por definición está en proceso de cambio constante. Nos explicaremos mejor si volvemos al sistema social y conectamos entre sí cada una de las posiciones definidas o status. Esta interconección ocurre en la sociedad a través de una red de interacciones que conectan no solo las posiciones entre sí, sino también unen cada una con el todo y con cada uno de los individuos que las ocupan circunstancialmente utilizando para ello todo el sistema de símbolos a su disposición.
Cada persona se inserta en esta red como transmisor y receptor de mensajes que a su vez lo conectan con unidades con las cuales aparentemente no tendría ninguna relación. Desde cada uno de los status que ocupa simultáneamente a medida que va creciendo y desarrollándose individual y socialmente es parte activa e integral de esta dinámica.
Algunas posiciones o status están definidas en relación a otras con las cuales se integran en lo que llamamos instituciones sociales. Estas instituciones sirven como centros nodales que cooperan, o debieran cooperar, para mantener integrada la sociedad. La familia, la escuela, la iglesia, el sistema económico y el sistema político y jurídico son instituciones que actúan como agentes socializadores, proveyendo al individuo las herramientas necesarias para su adaptación eficiente a la sociedad. La falta de integración entre estas instituciones producirá desarmonía en el proceso y podría, eventualmente, redundar en desajuste social.
Puede darse la situación de que los agentes socializadores inculquen normas culturales diferentes, exigiendo comportamientos que si no se manejan adecuadamente podrían provocar conflictos de identidad para el individuo afectado. Un ejemplo puede ser el escolar que asiste a una escuela en que el idioma en que se imparte la enseñanza sea diferente al vernáculo o donde la religión que se enseñe sea otra que la de la familia o donde las tradiciones que se refuerzen sean de otro origen nacional. El éxito escolar y social de estos niños y niñas dependerá de una separación clara de comportamientos, de una definición precisa de cada unos de los status y roles asociados a cada uno de los mundos culturales en que actua. Definiciones confusas y expectativas mal planteadas conseguirán sólo aislar o marginar a estos estudiantes, poniendo en peligro su éxito académico y personal.
Tan importante es la sociedad para el desarrollo integral del ser humano que la falta de un grupo social integrado trae consecuencias funestas para el individuo. Un caso extremo documentado en la literatura y que ha servido de modelo para la literatura y el cine 4 se refiere a los niños ferales, es decir aquellos niños que por algún motivo fueron abandonados por sus padres y sobrevivieron sólo gracias al cuidado de animales gregarios. Al no tener modelos humanos que seguir, aún cuando su potencial genético los había programado para desarrollar lenguaje humano, postura erecta y capacidad de abstracción, cuando fueron rescatados hubo que comenzar un proceso lento de resocialización ya que su comportamiento asemejaba más los de la especie animal que los había criado, que los de su propia especie. Este ejemplo es además una buena herramienta para explicar la relación entre natura y cultura.
Otra manera en que los status se relacionan entre si es en cuanto a su posición relativa. De este modo encontramos posiciones o definiciones que gozan de mayor poder o prestigio que otras. Los requisitos para la adjudicación de posición jerárquica varían, desde luego, de cultura en cultura y serán tema específico de otro capítulo. En este momento lo importante es tener claro que cuando en vocabulario de todos los días equiparamos el concepto de status con el de categoría social, cuando decimos que un oficio tiene mayor status que otro, no estamos usando el concepto de la manera que lo hemos estado definiendo aquí sino que en realidad lo estamos haciendo sinónimo de estrato, de posición relativa dentro de una escala jerárquica. Si nos estamos refiriendo a posiciones, definiciones o status a los cuales la sociedad ha colocado en posición de prestigio, los requisitos para actuarlas están igualmente establecidos como para todas las otras posiciones pudiendo ser también adscritos como el de príncipe heredero o adquiridos como el de estudiante universitario.
Hemos mencionado más arriba la existencia de status simultáneos. Merton, (1957), introduce además el concepto de role-sets que se refiere a todos los roles que vienen asociados al solo hecho de asumir una nueva posición o status. Para este autor cada status no está asociado a un rol único sino a una serie de roles inherentes a la posición. Veamos un ejemplo.
Cuando nos convertimos en estudiantes nos asignan un número de identificación que al principio viene asociado con el status de estudiante de nuevo ingreso, status que en el futuro, eventualmente, se convertirá en el de miembro de la clase graduanda. Conjuntamente debemos actuar los roles de estudiante de nuestra especialidad, compañera o compañero de clase, de apartamento u hospedaje etc. Aprenderemos a celebrar los Jueves sociales, a compartir en los palitos que nos correspondan y cuando lleguen las justas avivaremos a los atletas del Colegio. En suma, tendremos que aprender a actuar todos los roles asociados con nuestro status de colegial agregándolos a aquellos adscritos iniciales y a los que hemos ido incorporando a medida que avanza nuestro ciclo vital.
El proceso de socialización a que hiciéramos referencia anteriormente consiste del aprendizaje continuo de nuevas estrategias de acción para enfrentarnos a las demandas que cada momento exige, que cada nueva definición, que cada nuevo status que tenemos que ocupar requiere. A veces ensayamos, jugamos a actuar roles que todavía no nos son requeridos y a estos ejercicios los llamamos socialización anticipatoria. Otras veces tenemos que modificar totalmente comportamientos aprendidos para incorporar formas nuevas de actuar. Hablaremos entonces del proceso de resocialización. Cuando un joven orgulloso, altanero, independiente, se enlista en las fuerzas armadas y tiene que aprender disciplina, obediencia a las jerarquías, formas de saludar a los superiores y otros comportamientos completamente ajenos a lo que hasta entonces habían formado parte de su autodefinición, está siendo sometido a este proceso.
La psicología evolutiva se ocupa de estudiar cada una de estas etapas desde el punto de vista del desarrollo de la personalidad. Erikson (1950) por ejemplo, nos habla de las ocho edades del hombre refiriéndose al proceso de desarrollo psicosocial del ser humano. En cada una de estas etapas que van desde el nacimiento hasta la senectud, el ser humano confronta alternativas en su relación con el medio, las cuales provocan conflictos que deben ser resueltos en forma positiva para poder lidiar adecuadamente con cada una de las crisis sucesivas que el autor identifica. Al final de la ruta vital Erickson presenta una alternativa negativa a seguir: desesperanza, insatisfacción con lo que se ha hecho o se ha dejado de hacer pero sin esperanzas de volver a comenzar, o una alternativa positiva: sentido de integridad, de sabiduría, de tranquilidad consigo mismo, de no haber vivido en vano.
En la sociedad tradicional la posición de abuelo o abuela, tenía una definición clara de tareas asociadas principalmente con la transmisión de la tradición familiar y cultural a los niños y jóvenes de la comunidad. El anciano tenía oportunidad de aplicar su sabiduría en forma constructiva y respetada por los miembros de la sociedad. Esta definición pierde vigencia en la sociedad contemporánea donde ha tenido que surgir una nueva definición, envejeciente, y una nueva localización, hogar para envejecientes o sus equivalentes, con una serie nueva de status asociados como el de paciente o cliente y nuevas presiones hacia la desesperanza o la impotencia en este nuevo enfrentamiento o crisis. Para una gran mayoría de personas en nuestra sociedad, esta etapa del ciclo vital significa que se van limitando los status y roles asociados al trabajo, a la vida social, a la participación política y podríamos decir que vuelven a tomar prioridad los status adscritos con que comenzara el ciclo.
NOTAS
(Este artículo fue publicado originalmente en Rivero, E.B. y J. Gutiérrez Sánchez, eds. Introducción a las Ciencias Sociales Vol.I, Sexta edición, 185-194. Recinto Universitario de Mayagüez. Universidad de Puerto Rico: Cuadernos de Artes y Ciencias.1993)
1. Algunas personas prefieren utilizar la palabra función en vez de rol. En el sentido que nosotros le estamos dando, la palabra aceptada por la Real Academia Española es papel. Sin embargo hemos escogido utilizar el galicismo para evitar confusiones.Debe entenderse que al utilizarlo de esta manera específica, estamos diferenciando el concepto sociológico de la palabra rol en castellano, cuyo significado es totalmente diferente. En el caso del concepto status no hay una traducción acertada.
2. El ejemplo dado con relación a su filiación racial se refiere únicamente a la familia biológica del niño. En el caso de un niño adoptado estas relaciones se alteran y dejarían de caer en la categoría de adscritas.
3. En muchas sociedades estas restricciones alcanzan tales niveles de prohibición que se convierten en tabúes (ver capítulo de cultura) y su violación puede atraer horribles castigos a los infractores. Una mujer no puede ser ni siquiera tripulante de un barco mercante o pesquero como tampoco puede bajar a la mina.
4 "Every Man for Himself and God Against All", dirigida por W.Herzog, es la historia de Kaspar Hauser, un joven que creció encerrado en un sótano oscuro.
Biddle, Bruce & Edwin J. Thomas, eds.1966 Role Theory: Concepts and Research. New York: John Wiley & Sons..
Erikson, Erik H.1950 Childhood and Society Capítulo VII. New York: W.W.Norton and Co. Inc..
Linton, Ralph.1936 The Study of Man. New York: Appleton-Century.
Merton, Robert K.1957 "The Role-Set: problems in Sociological Theory" in The British Journal of Sociology Vol.VIII. :106-120